Los baches que los Yunes y Lobeira no quieren ver en Veracruz

 Veracruz

Las calles del puerto de Veracruz, en colonias como Granjas de Río Medio, El Coyol y Costa Dorada, son un retrato de años de negligencia y abandono por parte de los gobiernos municipales encabezados por la familia Yunes y, más recientemente, por Patricia Lobeira. Mientras las avenidas del centro brillan para los turistas y las redes sociales, las colonias periféricas quedan sumidas en el deterioro y el olvido, sin que las autoridades asuman su responsabilidad.

La administración de los Yunes, en sus diferentes periodos, y ahora la de Patricia Lobeira, han ignorado sistemáticamente las necesidades de las zonas populares de la ciudad. Los recursos, en lugar de destinarse a resolver problemas urgentes como los baches y la falta de mantenimiento, han sido dirigidos a proyectos de fachada diseñados para presumir en eventos públicos y plataformas digitales.

En las colonias afectadas, la frase "el presupuesto no alcanza" se ha convertido en el pretexto favorito de estas administraciones para justificar su inacción. Sin embargo, resulta evidente que los recursos sí están disponibles, pero son dirigidos exclusivamente a zonas céntricas que alimentan la imagen pública de las autoridades. Este doble estándar deja en claro que para los gobiernos de los Yunes y Lobeira, las colonias periféricas no son una prioridad porque no representan un escaparate político.

Los vecinos viven con calles que parecen zonas de guerra, mientras que los turistas pasean por avenidas perfectamente asfaltadas. Este abandono no es casualidad, sino una estrategia de gobierno que prioriza la apariencia sobre la calidad de vida de quienes realmente necesitan atención.

Con las elecciones municipales de 2025 a la vuelta de la esquina, este descuido prolongado podría convertirse en la factura que los ciudadanos cobren a los Yunes y a Patricia Lobeira. Las familias de las colonias olvidadas tendrán la oportunidad de castigar en las urnas a quienes los han ignorado durante años. Es el momento de exigir liderazgos que no solo trabajen para las cámaras, sino que realmente caminen por las calles más deterioradas y cumplan las promesas que hasta ahora solo han quedado en palabras vacías.

Fuente: Redes

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