La política debería ser una vocación de servicio y un acto de compromiso genuino con las causas sociales, pero para Anilú Ingram parece haberse convertido en un juego de supervivencia en el que la lealtad a los principios queda relegada por las conveniencias del momento. Después de haber sido una figura prominente en las filas del PRI, donde defendió durante años los intereses de su partido, ahora se presenta con un chaleco guinda, tratando de navegar en una nueva marea política.
Este cambio repentino de afiliación ha levantado preguntas importantes: ¿Anilú Ingram realmente representa los valores del movimiento de transformación que Morena defiende, o simplemente está buscando asegurar su lugar en el poder? La memoria de su trayectoria como priista aún está fresca entre muchos ciudadanos, quienes recuerdan su gestión en cargos públicos marcada por señalamientos de acciones que priorizaron intereses personales sobre las necesidades de la población.
Durante su tiempo como delegada de Sedesol en Veracruz, las críticas hacia la opacidad en el manejo de los programas sociales fueron constantes, acusaciones que en su momento se vieron como herramientas para fortalecer una agenda política más que para resolver los problemas de los sectores más vulnerables. Este historial, combinado con su reciente cambio de partido, refuerza la percepción de que su lealtad no está con la gente, sino con sus propias ambiciones.
En un puerto como Veracruz, con desafíos profundos en las colonias más olvidadas, es urgente que los liderazgos respondan a las verdaderas necesidades de la población. Cambiar de color no basta para demostrar un compromiso con la transformación que Veracruz exige. Los ciudadanos esperan de sus representantes no solo coherencia, sino una trayectoria que respalde su trabajo y una verdadera conexión con las demandas sociales.
La política, más que un escaparate de estrategias personales, debe ser un espacio para la coherencia y la responsabilidad. Es momento de exigir líderes que trabajen desde los principios y no desde las conveniencias, que estén a la altura del reto de transformar Veracruz desde sus bases.