Transcurrido el año más difícil y atípico para las industrias creativas por los efectos de la pandemia de Covid-19, la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) presentó ayer martes un adelanto del balance anual más enrarecido y desfavorecedor de la existencia de la industria del séptimo arte en nuestro país.
El contraste por boletos adquiridos de este años con los anteriores es abrumador. Después de que 2019 fuera el año con mayor embolso en taquilla de la historia reciente, con 18,186 millones de pesos en ingresos, nuestro 2020, al menos con datos recabados del 1 de enero al 13 de diciembre, dio a las taquillas en el país apenas 3,584 millones de pesos, es decir, un 80% menos que el año precedente.
Si se descarta del balance el periodo sin emergencia sanitaria al inicio del año, de poco menos de tres meses, el reporte en taquilla y de asistentes resulta aún más alarmante: la facturación reportada del 25 de marzo al 13 de diciembre fue de 697 millones de pesos generados por el ingreso de apenas 12 millones de espectadores, es decir 96% menos que en el mismo periodo del año pasado.
Durante el año el cine mexicano ha generado el interés de 7.5 millones de asistentes contra 33.5 millones de boletos vendidos en 2019. Lo anterior indica que la facturación de este año ha sido de 417 millones de pesos frente a los 1,707 millones del periodo precedente, es decir que hubo una contracción del 75% en las arcas del cine nacional.
Fuente: El Economista